Inundaciones de Bilbao de 1983

Inundaciones de Bilbao de 1983

El 26 de agosto de 1983, los bilbaínos se encontraban en el final de una Aste Nagusia que se caracterizó por la cantidad constante de lluvia. Esa misma tarde la tromba de agua que cayó fue tal que arraso todo el País Vasco causando perdidas materiales de unos 200.000 millones de pesetas y dejando a su paso 30 victimas mortales.

Las causas de las inundaciones en general son:

Las que no podemos evitar: como el exceso de precipitación a causa de los temporales de lluvias. El terreno no puede absorber todo el agua que resbala por la superficie.

Fusión de las nieves, en primavera se funden las nieves acumuladas en las altas montañas, esta agua hace que el rio crezca. La rotura de presas, todo el agua que contiene el embalse se libera y se forman peligrosas inundaciones.

Las que podríamos evitar dado que se deben a la actividad humana, es decir, que con nuestra actividad agravamos los efectos de las inundaciones:

Asfaltar cada vez más superficies provoca la impermeabilidad del suelo. La tierra no absorbe el agua, con lo que este no vuelve a los ríos.

Talar bosques lo que deja al suelo sin la cobertura vegetal necesaria y como consecuencia llega a los ríos materiales en suspensión.

Canalización en algunas partes de los ríos que nos quita la dificultad en ese tramo para ponérnosla en el siguiente en el que el agua tenga mayor velocidad.

Y por supuesto construir en la zona útil para evacuar el agua y reduce la capacidad de la llanura de inundación del río. Se producen mayores desbordamientos porque el agua no se embalsa por la llanura.

 

 

El País Vasco se encuentra entre unos de los lugares con más riesgo de inundación debido a las altas precipitaciones, los valles son muy estrechos y profundos y la población esta situada muy cerca de los cauces. No sabemos si las inundaciones de 1983 se podrían haber evitado debido a la cantidad de agua de las precipitaciones, pero podrían haber producido menores daños si no se asfaltara y construyera tan cerca de los ríos. De esta manera no hubiéramos tenido que afrontar los gastos materiales de más de 200.000 millones de pesetas y enterrar a 30 personas. Mucha gente se quedo sin un lugar donde vivir, sin coche, sin trabajo y sin medios para salir hacia delante sin un gran esfuerzo y sin pasar una mala época.

 

 

 

 

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